Los suplementos alimenticios constituyen unos productos, en diferentes formatos, que se toman en ámbitos muy concretos (por ejemplo, en el del deporte) y cuyas finalidades van encaminadas a lograr una mejora del rendimiento, la cual puede interpretarse en base a distintos indicadores, como se podrá comprobar más adelante.
En realidad, esta explicación general resulta de lo más sencilla, pero la experiencia cotidiana demuestra que sigue existiendo cierta ignorancia acerca de estos productos de suplementación.
Cabe señalar que esta patente desinformación se une a una serie de prejuicios y falsas expectativas sobre los complementos alimenticios.
De esta manera, se reproduce la cadena de datos imprecisos y malos hábitos, la cual puede tener consecuencias negativas para los eventuales consumidores de estos productos.

Afortunadamente, estas tendencias equívocas van remitiendo, ya que, en la actualidad, hay más medios para informarse sobre los suplementos alimenticios. Asimismo, la sensibilidad y concienciación sobre el tema también están aumentando.
Este artículo se inserta en la línea de hacer pedagogía sobre el consumo de estos alimentos, el cual, básicamente, debe circunscribirse a las actividades relacionadas con la realización de ejercicios físicos intensos y duraderos.
A continuación, se van a repasar los aspectos esenciales de los suplementos alimenticios, pero, como anticipo, ya puede destacarse que su misma denominación proporciona una información de lo más certera, aunque sea malinterpretada por muchos consumidores, del alcance de estos productos.
Los complementos no sustituyen a la dieta.¿Cuándo has de tomar los suplementos alimenticios? Clic para tuitear¿Cuándo es necesario recurrir a los suplementos alimenticios?
Los suplementos alimenticios, tal y como se conciben en este artículo (es decir, no se incluyen, por ejemplo, los compuestos vitamínicos o la jalea real que algunas personas toman como refuerzos a sus sistemas inmunológicos y, en general, a sus organismos), no forman parte de la dieta habitual de una persona corriente.
Por lo tanto, como se comentó con anterioridad, el consumo de suplementos alimenticios se asocia a la práctica deportiva de cierto nivel.
Esto es, una persona que lleva a cabo ejercicios físicos moderados (correr media hora al día o jugar dos partidas de pádel y un encuentro de futbito a la semana) no requiere los complementos propios de la nutrición deportiva (en este sentido, le podría bastar con alguna bebida isotónica, después de sus esfuerzos, para recuperar sales minerales y demás).
Una dieta completa y unos prudentes descansos serían suficientes para garantizar una preparación física acorde a las actividades deportivas a realizar.
La recomendación de tomar suplementos alimenticios, por lo tanto, se ciñe a los deportistas que están realizando planes de entrenamiento o competición que implican unos sobreesfuerzos para cuya preparación y recuperación no basta la nutrición equilibrada aconsejada habitualmente.
El cuerpo del deportista requiere unas reservas alimenticias especiales para encarar determinados eventos deportivos: tanto para una competición explosiva y extenuante (por ejemplo, un maratón) como para un plan de entrenamiento largo y agotador (destinado a competir, durante meses, al más alto nivel).
No solo se trata de preparar, a corto y medio plazo, estos sobreesfuerzos, sino, sobre todo, de recuperarse de ellos en condiciones.
De hecho, la planificación del tiempo de descanso constituye una parte esencial del programa que siguen los deportistas de cierto nivel que persiguen el éxito amateur o profesional.

Por consiguiente, los suplementos deportivos se toman antes, durante y después de las actividades deportivas de cierto calado.
Los casos en los que pueden convertirse en fundamentales son múltiples y diversos: preparación de una competición específica, intento de consecución de una marca concreta por parte de un atleta, interés por rendir a la altura durante toda la temporada, potenciación de determinados rasgos de la fisonomía atlética en una persona que se dedica al mundo gimnástico o del culturismo…
Como también se podrá comprobar en posteriores apartados, cada una de estas actividades se asocia a la administración de suplementos alimenticios específicos.
A grandes rasgos, el motivo que justifica el consumo de estos complementos de la nutrición deportiva (que, ya de por sí, es diferente a la nutrición de una persona corriente), más allá de las necesidades concretas que cubran algunos productos específicos, es el de aportar al organismo un plus de energía que no se le puede proporcionar mediante la alimentación convencional.
Hay que tener en cuenta que, si se mantiene un cierto nivel de esfuerzo y este no puede ser satisfecho mediante las vías de alimentación habituales, el organismo se encontrará en un estado carencial, lo que puede suponer un riesgo para el sistema inmunológico.
De hecho, si el organismo no encuentra esas fuentes de energía tan necesarias (tales como, por ejemplo, las proteínas y los hidratos de carbono), las obtendrá por determinados cauces, como la absorción de glucógeno, que no resultarán positivos para la salud.
En resumidas cuentas, los suplementos alimenticios han sido concebidos para compensar las necesidades orgánicas de fuentes de energía en las situaciones excepcionales que experimentan quienes se dedican a realizar actividades físicas de cierta enjundia.

La nutrición y los complementos alimenticios
Como se había señalado en la introducción, los suplementos alimenticios, siguiendo la etimología de las palabras, vienen a ser unas aportaciones adicionales a la dieta (las cuales proporcionan un plus a esta) o que no alteran sus efectos positivos (ya que cuadran totalmente con ellos).
Este matiz, el relativo a las denominaciones suplementos alimenticios y complementos, no resulta relevante.
Lo que sí resulta sustancial es que hay que tener claro que los productos de suplementación no sustituyen a los alimentos habituales que toma diariamente una persona. De la misma manera que la hidratación es imprescindible, nutrirse con una serie de alimentos básicos es primordial.
Hay unos mínimos dietéticos que tienen que seguir todas las personas y se basan en el consumo de todos los nutrientes y elementos, sin excepción, que tienen que estar presentes en el metabolismo humano.
Todas las personas han de tomar diariamente hidratos de carbono, proteínas, fibras e, incluso, grasas, aunque puedan parecer, en ocasiones, disfuncionales para la salud.
Eso sí, un nutricionista puede aconsejar acerca de las proporciones idóneas a consumir de estos elementos.
Por otro lado, la alimentación de una persona que realiza fuertes ejercicios físicos, de manera continuada, debe adaptarse a su consumo y necesidad de energía.
De hecho, existe una disciplina concreta denominada nutrición deportiva, la cual establece las pautas alimenticias oportunas para cada tipo de proyecto deportivo.
En este contexto, adquieren su relevancia los suplementos alimenticios, ya que vienen a compensar las necesidades o los déficits generados por los sobreesfuerzos en el terreno deportivo.
Sin embargo, este importante rol equilibrador de las fuentes de energía que juegan los complementos alimenticios no tiene, en ningún caso, que implicar una sustitución de las pautas dietéticas habituales.
Ni una persona que sigue una dieta propia de la nutrición deportiva ni un particular que no mantiene hábitos deportivos deben tomar los suplementos alimenticios como unas alternativas de alimentación (por mucho que estos productos realicen una aportación nutricional a tener en cuenta).
Si lo hacen, estarán cometiendo un grave error y poniendo en peligro su salud.
La alimentación convencional, de la que los suplementos alimenticios son unos complementos relevantes (en los casos de los deportistas), es imprescindible para llevar una vida saludable y, por eso, no puede ser minimizada por estos productos.

Los tipos de suplementos alimenticios
En las siguientes líneas, se va a realizar una primera aproximación a los tipos de complementos alimenticios que se comercializan. Se trata de un análisis incompleto, ya que existen muchos más (prácticamente, tantos como necesidades concretas de suplementar la alimentación, en función de una práctica o un objetivo relacionados con el esfuerzo físico concretos), pero sirve para hacerse una idea de la diversidad y calidad de estos productos.
Creatina
Uno de los más populares, ya que, en poco tiempo, incrementa el abastecimiento de energía. Se incrementará la musculatura, se reducirá la fatiga (las recuperaciones serán más rápidas) y uno estará preparado para entrenamientos muy exigentes.
Proteína
Se trata del complemento más relevante, ya que está destinado a propiciar el crecimiento de los músculos durante sus fases de recuperación. Por su parte, la proteína whey, proveniente del suero de la leche, destaca por optimizar la función reseñada.
Glutamina
Este producto contribuye a contrarrestar los efectos del ácido láctico, el cual inhibe la recuperación muscular. Este último compuesto, presente en el organismo humano, propicia la pérdida de parte de la musculatura ganada en los entrenamientos.
BCAA
Se trata de aminoácidos y hay que tener en cuenta que estos son unos componentes fundamentales de las proteínas, las cuales contribuyen a informar los músculos. Estos, en concreto, son imprescindibles para la síntesis proteínica, que estimulará la formación de la musculatura.
HMB
Constituye un recuperador muscular de primer orden. Su cometido es el de minimizar la degradación proteica. Si este proceso no supera los efectos de la síntesis de proteínas, se ganará masa muscular y la recuperación se producirá antes.
L-Carnitina
Esta molécula transporta grasas hacia las células, de manera que funciona como una especie de multiplicadora de energía.
Beta alanina
Su función es similar a la de la glutamina, puesto que combate los efectos del ácido láctico. Sin embargo, su contribución no es directa en el incremento de la masa muscular, sino que potenciará su crecimiento a través de un mayor aguante en los entrenamientos.
Óxido nítrico
Su consumo por la vía de la suplementación fomenta la dilatación de los vasos sanguíneos, lo que favorece tanto la circulación de las fuentes de energía por el organismo como la recuperación muscular.
Maltodextrina y dextrosa
Estos carbohidratos propician las ganancias de energía y también pueden contribuir a incrementar la musculatura.
Cafeína
Su efecto más relevante es generar estimulación en la persona, ya que bloquea determinados mecanismos orgánicos que generan cansancio y sueño, lo que se correlaciona con una mayor disposición de energía.
Ganadores de peso
Se caracterizan por sus altos contenidos de carbohidratos, asociados a incrementar los kilos. Entre sus ingredientes, destacan las proteínas, el BCAA y la creatina.
Según su formato
Por otro lado, según la presentación física del producto a consumir, se pueden distinguir los siguientes formatos de suplementos alimenticios:
– Cápsulas.
– Tabletas.
– Líquido.
– Polvos.
– Otros, como gelcaps y softgels.
La diferencia principal entre lo natural y sintético
Las clases de suplementos alimenticios que cada persona debe tomar se asocian a las necesidades que su plan de nutrición deportiva, estipulado en base al entrenamiento a realizar, aconseja.
En este sentido, no hay que descartar, en primera instancia, ningún complemento alimenticio, aunque es cierto que los naturales tienen, en general, mejor prensa que los sintéticos.
De todas maneras, resulta fundamental informarse debidamente, ya que, en este terreno, se entrecruzan conceptos relacionados entre sí, pero que no son totalmente coincidentes.
A continuación, una aclaración de dichos conceptos.
Los suplementos alimenticios de origen natural son los que se obtienen de fuentes animales, vegetales o minerales. Todos ellos van a pasar por unos procesamientos o refinamientos.
Si siguen manteniendo su composición nutricional básica, tal y como fue concebida en su medio original, continuarán siendo considerados complementos naturales. Por su parte, hay algunos suplementos alimenticios idénticos a los naturales.
Han sido generados en laboratorios, pero sus funciones orgánicas y estructuras moleculares copian las de los nutrientes naturales.
En cuanto a los complementos identificados como sintéticos, su manufactura en los laboratorios los ha diseñado como diferentes a los nutrientes que se encuentran en la naturaleza.
Los análogos sintéticos destacan por su bajo coste y hay que señalar que, por ejemplo, la vitamina E puede ser copiada, de esta manera, con la máxima fidelidad.
Por último, también es preciso nombrar una tipología que, en cierto modo, funciona como una categoría independiente.
Se trata de los nutrientes que han sido producidos a partir de las levaduras cultivadas en medios enriquecidos.
A grandes rasgos, este modo de producción implica que vitaminas y minerales de elaboración farmacológica son transplantados al medio de cultivo de las citadas levaduras, lo que genera minerales y vitaminas asimilados en levaduras.
Por último, lo cual atañe también al consumo de suplementos alimenticios naturales y sintéticos, conviene consultar a especialistas en nutrición deportiva, los cuales pueden recomendar el plan de consumo de complementos alimenticios idóneo.
Aventurarse a tomar estos productos sin información cualificada de primera mano puede constituir un riesgo para la salud.